El Athletic, campeón en África
El Athletic ya es campeón. Pero no, no estamos hablando del equipo
que entrena Joaquín Caparrós, sino de su 'primo' africano: el Athletic
du Lwiro. Este club, que ha ganado la final del campeonato de fútbol de
Kavumu, al este de la República del Congo, se llama así por la entidad
bilbaína y está "apadrinado" por la Fundación Athletic Club Fundazioa y
la ONG Coopera, según explican desde Ibaigane. La final se
disputó el pasado domingo, 26 de diciembre. Y los de Lwiro se impusieron
por 0-1 a su rival. el Fútbol Club Juniors. Fue una victoria épica,
puesto que el gol llegó en el último minuto. El defensa del Athletic
Mashauri golpeó a la pelota desde su propio campo y lo que en principio
era un balón sencillo para el portero del Juniors, se convirtió en un
disparo envenenado. El balón hizo un extraño en el aire, tocó con el
poste, rebotó en el guardameta y acabó por colarse en la portería.Los
cinco minutos que el árbitro alargó el partido fueron eternos, ya que
el Juniors intentaba a la desesperada conseguir el tanto que les
llevaría a la prórroga, pero no lo consiguieron. Cuando sonó el pitido
final, la alegría se desbordó entre las 1.500 personas que presenciaban
el partido y entre los jugadores rojiblancos. Por cierto, que el club
contó, además, con los ánimos que les enviaron desde Bilbao tres figuras
de la primera plantilla: Gurpegui, Orbaiz e Iker Muniain.
El Athletic ya es campeón. Pero no, no estamos hablando del equipo
que entrena Joaquín Caparrós, sino de su 'primo' africano: el Athletic
du Lwiro. Este club, que ha ganado la final del campeonato de fútbol de
Kavumu, al este de la República del Congo, se llama así por la entidad
bilbaína y está "apadrinado" por la Fundación Athletic Club Fundazioa y
la ONG Coopera, según explican desde Ibaigane. La final se
disputó el pasado domingo, 26 de diciembre. Y los de Lwiro se impusieron
por 0-1 a su rival. el Fútbol Club Juniors. Fue una victoria épica,
puesto que el gol llegó en el último minuto. El defensa del Athletic
Mashauri golpeó a la pelota desde su propio campo y lo que en principio
era un balón sencillo para el portero del Juniors, se convirtió en un
disparo envenenado. El balón hizo un extraño en el aire, tocó con el
poste, rebotó en el guardameta y acabó por colarse en la portería.Los
cinco minutos que el árbitro alargó el partido fueron eternos, ya que
el Juniors intentaba a la desesperada conseguir el tanto que les
llevaría a la prórroga, pero no lo consiguieron. Cuando sonó el pitido
final, la alegría se desbordó entre las 1.500 personas que presenciaban
el partido y entre los jugadores rojiblancos. Por cierto, que el club
contó, además, con los ánimos que les enviaron desde Bilbao tres figuras
de la primera plantilla: Gurpegui, Orbaiz e Iker Muniain.