Qué asco
lunes, 20 septiembre 2010, 11:47
Este domingo en el Calderón presencié uno de esos actos que te quitan las ganas de volver a un estadio mientras siga compartiendo grada con ciertos sujetos. No es de recibo la despedida impresentable que un sector de la afición rojiblanca le dedicó al mejor futbolista del mundo cuando se retiraba retorcido de dolor en la camilla. Ya me parece fatal que se insulte a un jugador cuando se retira en un cambio sólo por su calidad, porque no eres capaz de admitir su superioridad sobre tu equipo, pero que después de la durísima entrada de Ujfalusi y siendo conscientes del dolor que tenía el argentino se le dedicasen cánticos tan desagradables como "Messi, Messi, Messi maricón" o "Messi, muérete" me parece infame, impropio de alguien al que le guste el deporte.
De nada sirve el homenaje que se hizo minutos antes a Iniesta, rindiéndole una tremenda ovación en recuerdo de su gol mundialista a Holanda, si poco después una parte de la grada (no se puede generalizar porque sería una injusticia, ya que muchos otros silbaron los cánticos de los exaltados) se destapa con esos cánticos barriobajeros y asquerosos.
La afición del Atlético, a la que siempre le gusta presumir de ser una de las mejores del mundo por su apoyo incondicional a un equipo que no siempre le recompensa sobre el césped su enorme entrega, no puede pretender que se la considere como tal con reacciones como la de ayer. Esos insultos hacia una estrella mundial que se retuerce de dolor porque puede tener una grave lesión son impropios del deporte y deben desaparecer de inmediato. Sólo producen asco.
P.D. Como el ser humano no es capaz de reconocer los errores, me adelanto a los que me responderán con el argumento de que eso pasa en todos los campos. Que haya desalmados en todos los lados no sirve como justificación. Esto mismo lo suscribo para los que le gritaban "Ricardo muérete" al meta de Osasuna en el Bernabéu, el "hijo p... es el portugués" en Anoeta, y, desgraciadamente, un largo etcétera de improperios. Hay que acabar ya con esto porque da pena ir a un campo de fútbol.
lunes, 20 septiembre 2010, 11:47
Este domingo en el Calderón presencié uno de esos actos que te quitan las ganas de volver a un estadio mientras siga compartiendo grada con ciertos sujetos. No es de recibo la despedida impresentable que un sector de la afición rojiblanca le dedicó al mejor futbolista del mundo cuando se retiraba retorcido de dolor en la camilla. Ya me parece fatal que se insulte a un jugador cuando se retira en un cambio sólo por su calidad, porque no eres capaz de admitir su superioridad sobre tu equipo, pero que después de la durísima entrada de Ujfalusi y siendo conscientes del dolor que tenía el argentino se le dedicasen cánticos tan desagradables como "Messi, Messi, Messi maricón" o "Messi, muérete" me parece infame, impropio de alguien al que le guste el deporte.
De nada sirve el homenaje que se hizo minutos antes a Iniesta, rindiéndole una tremenda ovación en recuerdo de su gol mundialista a Holanda, si poco después una parte de la grada (no se puede generalizar porque sería una injusticia, ya que muchos otros silbaron los cánticos de los exaltados) se destapa con esos cánticos barriobajeros y asquerosos.
La afición del Atlético, a la que siempre le gusta presumir de ser una de las mejores del mundo por su apoyo incondicional a un equipo que no siempre le recompensa sobre el césped su enorme entrega, no puede pretender que se la considere como tal con reacciones como la de ayer. Esos insultos hacia una estrella mundial que se retuerce de dolor porque puede tener una grave lesión son impropios del deporte y deben desaparecer de inmediato. Sólo producen asco.
P.D. Como el ser humano no es capaz de reconocer los errores, me adelanto a los que me responderán con el argumento de que eso pasa en todos los campos. Que haya desalmados en todos los lados no sirve como justificación. Esto mismo lo suscribo para los que le gritaban "Ricardo muérete" al meta de Osasuna en el Bernabéu, el "hijo p... es el portugués" en Anoeta, y, desgraciadamente, un largo etcétera de improperios. Hay que acabar ya con esto porque da pena ir a un campo de fútbol.
