¿Es suficiente con lo que hay?
El equipo sólo se ha reforzado con Ibai e Igor, cuya presencia en la primera plantilla todavía no está asegurada
El equipo sólo se ha reforzado con Ibai e Igor, cuya presencia en la primera plantilla todavía no está asegurada
Hace unos días, Joaquín Caparrós aseguraba que el objetivo del Athletic pasa por un crecimiento sostenible y la consolidación de unos valores que deben catapultar al equipo hacia cotas mayores. La aspiración se alimenta del trabajo de una larga y ardua cosecha que ahora tiene que dar sus frutos en forma de resultados y juego automatizado. Lo que ocurre es que los rojiblancos se encuentran ante el verano con menos fichajes desde que el utrerano aterrizó en el banquillo de San Mamés. Cerraron la Liga octavos y, de paso, también las puertas de las competiciones europeas. La ausencia continental se ha traducido en menos recursos extraordinarios y, por tanto, en menos posibilidades a la hora de reforzar la plantilla. El club ha realizado dos contrataciones, las de Ibai e Igor Martínez, la mitad que el curso anterior y hasta cuatro veces menos que en la campaña 2007-2008. La pregunta es sencilla: ¿Es suficiente con lo que hay? Porque la calidad, como todas las cosas buenas en la vida, cuesta dinero.
Uno observa a los jugadores que están en Isla Canela y se congratula de ver caras nuevas. El riego de la huerta de Lezama, donde en vez de lechugas crecen laterales izquierdos y centrocampistas, según la metáfora preferida de Caparrós, funciona a un nivel aceptable y ahí está el último campeonato de Copa cosechado por los juveniles. Pero el caso es que, hoy por hoy, casi ninguno de ellos lleva el cartel de seleccionable inmediato para tirar las puertas abajo y presentarse en el vestuario de los mayores con la intención de quedarse. Puede haber incorporaciones puntuales, debuts ilusionantes con aroma de futuro, aunque todo indica que el preparador andaluz deberá cimentar su propuesta de juego sobre los mismos hombres del año pasado.
Las contrataciones de Ibai e Igor, que «son jugadores del Bilbao Athletic», se apresuró a matizar Caparrós, contrastan con la fertilidad mercantil de otros veranos. Basta con echar un vistazo a la primera campaña del utrerano en Bilbao, la de 2007-2008, que se saldó con un total de ocho incorporaciones. Iraizoz, Koikili, Muñoz, David López, Armando, Ocio, Cuéllar y Del Horno dotaron de músculo a una plantilla que se había dado una vuelta por el patio del infierno la campaña anterior. Salvar la categoría sobre la bocina espoleó a Fernando García Macua, recién accedido a la presidencia, que tiró de la chequera para evitar otra temporada de sustos y cuadros de ansiedad. Conviene recordar que el equipo se salvó con holgura y que hasta el último momento peleó por meterse en la extinta Copa Intertoto.
En el vestuario, según las informaciones que llegan a Isla Canela, hay tranquilidad y convencimiento de que el Athletic puede marcarse un gran año. Tampoco los demás equipos están para tirar cohetes, limitados por la crisis y mirando con lupa cada euro a invertir. Pablo Orbaiz, una de las voces rojiblancas más autorizadas, opina que con el material que hay puede armarse un bloque muy sólido. «Se han ido jugadores importantes, pero es algo que forma parte del fútbol. Entra gente nueva, joven, y estamos con ganas de hacer las cosas bien». Pero el navarro se muestra prudente, cauto con los menesteres del futuro, y quiere tomarse su tiempo hasta emitir un veredicto fiable sobre la fortaleza real del actual plantel, objetivamente menos potente que el del año pasado. «Eso habrá que verlo en el campo. Estamos con las ilusiones renovadas y la plantilla quiere demostrar su validez y dar la cara», señaló
Toquero y gol de Copa
En el segundo año de Caparrós, superado el miedo al descenso, se volvió a trabajar en los despachos. El Athletic fichó a cuatro jugadores, caso de Toquero, Balenziaga, Del Olmo y Vélez de Mendizabal, aunque el grado del acierto no fue tan elevado como en el ejercicio anterior. Los dos últimos salieron con más pena que gloria y encontraron acomodo en Segunda A. En cuanto al lateral, que empezó de titular, enamoró por su arrojo ofensivo y desparpajo a la hora de sumarse al ataque, fue menguando poco a poco hasta acabar cedido en el Numancia. Así que sólo el delantero vitoriano -que ayer volvió a trabajar al margen y se ejercitó en el mar junto a Bernardo Requena y Xabi Clemente- superó las expectativas y se hizo con un puesto al lado de Fernando Llorente. De hecho, marcó en la final de Copa, que los rojiblancos disputaron tras un cuarto de siglo de espera y cayeron ante un Barcelona celestial.
Y la referencia más inmediata es la temporada anterior. Cuatro nuevos nombres -San José, Castillo, De Cerio y De Marcos- para un curso en Europa que salió un tanto torcido. Ahora, sin embargo, las incorporaciones han sido escasísimas. Ibai e Igor al margen, Caparrós ha transigido para que Raúl sea el segundo portero -quería a alguien más experimentado, como Riesgo, que se ha ido a Osasuna-, parece que subirá a Íñigo Pérez de forma definitiva y cuenta de nuevo con Balenziaga. Y eso es todo, el arsenal al completo, aditivo a lo que ya había, salvo que algún juvenil rompa la pana a lo largo del período de preparación y convenza al entrenador. Nunca le ha pedido a nadie el carnet de identidad. La edad es lo de menos. Porque, como dijo Orbaiz, «lo que importa es que el equipo funcione y haya resultados».