Los 14 "Ochomiles"

La pelea frenética, de máxima rivalidad en las alturas, aunque de tintes cordiales en el tú a tú, entre Edurne Pasaban (Tolosa, 1-VIII-1973) y Oh Eun Sun (Corea del Sur, 1 de marzo de 1966) mantuvo en vilo a medio mundo la pasada primavera cuando ambas pugnaban por ser la primera mujer en hacer historia en el himalayismo. Miss Oh, polémica desde su irrupción por sus métodos, por su escalada supersónica, se hizo su hueco en la leyenda al subir al Annapurna el 27 de abril y cerrar el círculo de los catorce ochomiles. Pero la sombra de la sospecha de que no llegó hasta la cima de uno de los techos del mundo, concretamente del Kangchenjunga en mayo de 2009, siempre sobrevoló. Ahora, cuatro meses después de su gesta, la Federación Surcoreana de Montañismo habla claro y no reconoce esa ascensión. La tolosarra denunció cuando ambas estaban en el Annapurna, en el sprint final de una mediática carrera, que la asiática no llegó a lo más alto porque sus propios sherpas se lo habían confesado. Ahora, son los expertos de su país los que no validan esa cumbre. Las puertas para que la guipuzcoana se convierta en la primera mujer en hollar las catorce cimas más altas del planeta se abren. Más que nunca. Pero habrá que esperar también a ver qué dice Miss Hawley, la notaria de los ochomiles, que ya llegó a calificar esa montaña de Oh Eun Sun como "dudosa".

Según la Federación Surcoreana, que publicó esta semana los resultados una investigación realizada por alpinistas que habían subido a la cima del Kangchenjunga (8.586 metros), la topografía de la foto en la que aparece Miss Oh al final de la escalada no puede considerarse que se tomó en la cima. La investigación de los montañeros asiáticos añade que su testimonio sobre la ascensión "no es fiable". Las dudas han acompañado a Oh Eun Sun desde hace tiempo, mucho antes de que Edurne Pasaban afirmara abiertamente que Miss Oh no subió al Kangchenjunga. Las sospechas comenzaron a crecer cuando unos expedicionarios de su país que habían hecho cumbre en la tercera montaña más alta de la Tierra poco antes que ella destaparon que Oh Eun Sun había afirmado no ver un par de botellas de oxígeno en la cima que ellos mismos habían dejado allí. Pero las mayores incongruencias llegaron por la foto de la cumbre, la prueba de todo montañero, sus documentos gráficos, su palabra refrendada, puesto que en el caso de Miss Oh, esa instantánea parece estar realizada metros más abajo de los 8.586 metros que marcan el pico. En un principio, la asiática defendía que la foto sí era de la cima, luego modificó su versión. "Fue tomada algunos metros por debajo porque mis sherpas y yo estábamos bajo la amenaza de fuertes vientos y las condiciones meteorológicas podían causar algún accidente en mi equipo", explicó. Una argumentación ante la que Pasaban replicó: "¿Tú crees que te sacas la foto con la bandera de tu país 50 metros más abajo de la cumbre y luego subes? Esto no nos lo creemos".

Con los rumores, el vaivén de la polémica, Miss Oh siguió a lo suyo. Subiendo ochomiles con sus peculiares métodos, ésos que para algunos lindaban con la ética de la montaña. Y llegaron los metros decisivos para que el destino reservara un hueco a una de las dos mujeres que opositaban a ello. Cuando Pasaban hizo cumbre en el Annapurna -aún le restaba el Shisha Pangma- y cuando Oh lo haría poco después -el que sería su último ochomil para ganar así la carrera-, la tolosarra lanzó una prueba más de que la coreana no holló el Kangchenjunga. "Los sherpas que estuvieron con ella en el Kangchen nos han dicho que no subió hasta la cima. Nos han confesado que hacía malo y que se dieron la vuelta", expuso entonces. Pero estas declaraciones encendieron una mecha que prendió muy rápido y que hicieron que la guipuzcoana recibiera muchas críticas. Edurne pasó entonces por malos momentos, pero su denuncia sirvió para que Miss Hawley, la jueza del Himalaya, reconsiderara su postura -ya que en su momento sí dio por válida tal ascensión-. La octogenaria, ante toda la revuelta, calificó esa cima como "dudosa". "Tendremos que entrevistar a Miss Oh y su equipo para aclarar todo", apuntó Hawley. En el encuentro con la expedición de la coreana, la norteamericana constató varias contradicciones. Por ejemplo, el guía Dawa Wangchuk aseguró que Oh llegó a la cumbre, mientas que uno de los sherpas, Nurbu Sherpa, le reveló que se detuvieron antes de la cima. Pero el tema no llegó a un desenlace claro.

caza de brujas En este nuevo contexto, tras la decisión de la Federación Surcoreana, será de nuevo Miss Hawley la que tenga que hablar. Es la complejidad del mundo de la montaña, donde no existe un organismo que pueda dictar sentencia, y es la conjunción de muchos factores la que determina la justicia. Habrá que ver qué opina la jueza de los ochomiles y qué posición adoptan las distintas federaciones de montaña y la prensa especializada. Mientras tanto, Miss Oh se queja de que está siendo víctima de una caza de brujas y que el grupo de expertos que evalúa su récord sólo quiere levantar sospechas contra ella.